lunes, 3 de junio de 2013

Adicciones en serie: Café, alcohol y tabaco en la televisión

Llevamos hablando varios meses acerca de las adicciones. Esta nueva entrada en el blog, es para que nos demos cuenta de la cantidad de mensajes sobre adicciones se envían diariamente por televisión y no precisamente para ayudar en su tratamiento. A continuación os dejo lo que he encontrado: http://entretenimiento.es.msn.com/tv/adicciones-en-serie#image=1

Cuando pensamos en series míticas como Friends, es fácil que analicemos a sus personajes, tramas, peculiaridades. No es raro que alguien se pregunte si Phoebe pasaría un test psicotécnico, de dónde le viene a Mónica la manía del orden o si a Joey Tribbiani le entenderían cuando le da por hablar su peculiar francés... Sin embargo ¿se te ha ocurrido pensar en algo que pasa justo delante de tus narices mientras te diviertes con sus historias?, ¿te habías dado cuenta de que Mónica, Rachel y compañía siempre tienen una taza en la mano y no paran de meterse chutes estimulantes de café en el Central Perk, su cafetería de referencia?
Sí, en la época de lo bio, natural, ecológico y sin conservantes, hay quien se sigue dando a todo tipo de adicciones. Sustancias permitidas y otras no tanto, como como son el café, el alcohol y el tabaco, siguen presentes en nuestras vidas, por lo menos cuando nos ponemos delante de algunas series de culto. Vamos a verlo.
Café, alcohol y tabaco en la televisión

Los protagonistas de Friends están ligados a una taza tamaño XXL de café de más de medio litro. Mientras Mónica y Chandler se achuchan en el sofá de la cafetería, Rose mira a Rachel a hurtadillas o Phoebe les cuenta una de sus historias imposibles, nuestros chicos se están metiendo unos dos tazones por capítulo, o sea más de un litrito cada uno, que a 236 capítulos y por 6 personajes estamos hablando de una ingesta total de más de 1500 litros de café que como explica Kyle Hill, en un blog de la revista Scientific American, se trata de tanta cafeína que sería capaz de mandar a unas 300 personas directas al hospital.
Bueno, hablamos de ficción claro, porque ni la toman de verdad ni lo harían de una sola sentada.

Café, alcohol y tabaco en la televisión

 En esto de las adicciones prohibidas la laureada Mad Men se lleva la palma. Don Draper que es uno de los mejores publicistas del Nueva York de los 60, no sería nadie sin su agencia Sterling Cooper, pero reconozcámoslo tampoco sin su cigarrillo ni mucho menos sin su copa. La autenticidad histórica y su cuidada realización son las claves del éxito de la serie ganadora de cuatro Globos de Oro y quince Emmys.
Café, alcohol y tabaco en la televisión

Para plasmar el estrés, la frenética marcha de una agencia publicitaria neoyorquina, el construir personajes que fuman y beben puede ser un recurso muy útil. Se trata de una serie ambientada en los 60, en los que el consumo de alcohol y tabaco era alentado por los poderes públicos y la publicidad de las grandes compañías, sin olvidar que tanto el fumar como el beber se consideraban prácticas socialmente aceptadas.
Con respecto al tabaco, unos datos: 1194 cigarrillos (un 70 % fumados por hombres y el resto por mujeres) en las cinco primeras entregas de la serie. En total llevan consumidas 59 cajetillas aunque el récord lo tiene la primera temporada con 17, según datos extraídos de una infografía de Efe Suárez.
En la imagen recogemos unas infografías sobre la cantidad de copas que toman por capítulo durante la primera temporada.

Café, alcohol y tabaco en la televisión

Coincidiendo con el estreno de Mad Men se hizo público un estudio de la Universidad de Radboud Nijmegen de los Países Bajos que aseguraba que los espectadores de series y películas en las que sus protagonistas toman bebidas alcohólicas terminan consumiendo el doble de alcohol que aquellos que ven 'ficciones alcohol free'.
'Este es el primer estudio experimental para demostrar un efecto directo de la exposición a las representaciones de alcohol en la televisión en el comportamiento de consumo inmediato espectadores” según ha asegurado el profesor Rutger Engels.

"Mujeres Desesperadas":
Las chicas de Wisteria Lane, Susan, Lynette y Gabrielle Solís, lo mojan todo en alcohol. Sus alegrías les sirven para abrir una botella de vino, sus penas las ahogan en cócteles.
Además, Bree Mason Van De Kamp a la que presentan al inicio como:  “y todos en la calle Wisteria pensaban que era una esposa y madre perfecta; todo el mundo, excepto su familia' esconde oscuros secretos y botellas, muchas botellas. 








Café, alcohol y tabaco en la televisión


"HOMELAND": Hay que entender que Carrie después de llegar a casa al final de su dura jornada no quiera otra cosa que descansar y tomarse una copa. Si eres una oficial de operaciones de la CIA con experiencias clasificadas en Irak y lo tuyo es evitar ataques terroristas en EE. UU. debes acabar exhausta, y en Homeland, se trabaja duro.

Café, alcohol y tabaco en la televisión
Leonard, Sheldom, Howard y Raj son de lo más frikis, brillantes, extravagantes y absolutamente negados para moverse por la prosaica realidad y en sus relaciones con el otro sexo, más de lo mismo. Penny, la vecina, aspirante a actriz y musa de los sueños tórridos de Leonard, representa la realidad. Choque de mundos. Ellos tienen la física, Penny una botella, a la que recurre cuando ya no puede más

Café, alcohol y tabaco en la televisión 

No todas las producciones con adictos en las series van a ser de origen norteamericano, también tenemos gloriosos ejemplos patrios sobre el maridaje entre personajes televisivos y alcohol o tabaco. El primer ejemplo Alaska y Mario, cuyo estreno de la tercera temporada esta aún calentito, sirve tanto para lo uno como para lo otro. En esta última entrega, el peculiar Mario sigue con una cerveza como apéndice superior derecho y continúa con su entrega al dudoso arte del fumeteo aunque la novedad, en esta edición, reside en que el cigarrillo se sabe que está pero no se ve, por arte y gracia del pixelado.

Café, alcohol y tabaco en la televisión 

Cuéntame sigue su marcha triunfal por nuestra televisión y amenaza con adelantarnos en el tiempo y sobrevivirnos, a este paso. Para los nostálgicos, la serie que ya anda por los años ochenta, nos da toneladas de realidad de una España en la que un médico te daba una mala noticia con el cigarrillo en la boca, o en la que los periodistas encerrados durante el golpe de estado del 23 f se ventilaban las reservas alcohólicas del Congreso de la mano de los guardias civiles insurrectos. ¿Nostagia? Seguro que para nuestros pulmones no.

Café, alcohol y tabaco en la televisión 

Suficientes ejemplos para darnos cuenta que la televisión insita al consumo de alcohol de una manera casi descarada. Tenemos que tener en cuenta, que estos programas están al alcance de adolescentes e incluso niños que podrían ser guiados hacia el consumo de alcohol. 


Alejandra Acosta Rengifo
2ºA3 

 

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